domingo, 22 de agosto de 2010

Porque quiero una Patria con futuro, en Paz y Libertad

Porque quiero una Patria con futuro, en Paz y Libertad
Hugo J. Vélez Astacio
hugoveleza@yahoo.com
El filosofo y siempre inquieto Juan Jacobo Rosusseau preocupado por el imperante sistema pedagógico de educación a finales del siglo XVIII, propuso un cambio sustancial, expuesto en su obra “Emilio” que basado en las ideas cardinales de la Naturaleza y la Libertad superara el atraso tenido. Afirmaba que para “ser feliz antes es necesario conocer la felicidad”, y eso solo se puede lograr cuando se disfruta de Libertad. De tal manera que para Rosusseau “la idea de la Libertad está asociada a la felicidad” y que no puede concebirse la una sin la otra. La libertad es fundamental en la felicidad del hombre, como la felicidad solo es posible en un estado de plena libertad. Tal idea de enorme trascendencia prevalece a partir de entonces en la civilización moderna, y de ahí el celo del hombre de luchar sin descanso porque la Libertad sea el eje que predomine en cualquier organización social o sistema político existente. Y si para que la Libertad prevalezca, es necesario derribar estructuras y gobiernos autoritarios propios de caudillos y dictadores pues se lucha para lograrlo ya que el principio se convierte en un compromiso ineludible, en que debe salvar cualquier barrera que trate de impedirlo. Y cuando se agotan los medios cívicos, después que sistemáticamente la justicia se le niega y se le violan los derechos humanos más elementales, por estar la justicia en manos de la corruptela política que responde estrictamente a los intereses y caprichos del dictador, o porque quien pide justicia, su estado de pobreza no le permite poder cancelarle al operador político (jueces o magistrados) el monto en que han tasado la sentencia del caso, es cuando en el hombre se activa el derecho básico de la rebelión como un derecho inalienable.

Para desgracia de los nicaragüenses la Libertad y la Justicia siempre han estado en el capricho de los detentadores del poder, como responsables del permanente estado de violencia y de miseria. En el pasado, posterior a la independencia, su causa era, entre otros, por la división de dos sistemas políticos, en donde la sociedad de la ciudad de Granada pretendía hacer prevalecer el Republicanismo para seguir unida a Guatemala, y los otros, los leoneses el querer mantener el estado Monárquico, o bien por la inexistencia como Nación por carecer de una absoluta conciencia de nación. De ahí que la anarquía al inicio se hizo presente, y después tener luchas intestinas entre dos bandos con interminables guerras civiles hasta desembocar en una guerra Nacional, ante la intromisión del filibusterismo que atentaba la soberanía nacional. Pero después a partir del siglo XIX, Nicaragua ha sufrido una estado de violencia y de miseria, por el afán y la codicia de caudillos y dictadores que ebrios por continuar en el poder, sea a “hacha y machete” o sea “por mis pistolas”, utilizando constituyentes, reformas Constitucionales, acuerdos con títeres o peleles, efectuando pactos políticos prebendarios y nefastos o bien a través de golpes de estado militares o golpes de estado técnicos constitucionales mediante el control o sumisión de todos los demás distintos poderes del estado en beneficio de la continuidad del dictador de turno. Lo anterior es una triste verdad de nuestra historia. Hoy la libertad, nuestra libertad se ve acosada por otro dictador. En el pasado reciente fueron a través de los miembros de la dinastía de los Somoza, cuando de 1937 a 1947 Somoza García se impuso como presidente, para después reelegirse de 1950 a 1956, truncándosele una tercera vez, por la acción de Rigoberto López Pérez al ofrecer su vida por la del tirano. Pero el continuismo siguió a través de su hijo Luis Somoza Debayle de 1950 a 1963, y la cosa paro ahí, al continuarle su hermano Anastasio Somoza Debayle en 1967 a 1972 y reelegirse en segunda ocasión en 1974 a 1981, truncado en julio de 1979 ante el empuje cívico-militar del pueblo en 1979 para un “Basta Ya”. Pero un dictador en ciernes apareció, y Ortega inicio la desgracia por primera vez como Coordinador de la Junta de Gobierno en 1979 a 1985, para después continuar en el poder al elegirse en 1985 hasta 1990 y reelegirse una vez más en 2007 hasta 2011, por medio de una minoría de votos, al permitírselo el nefasto y oneroso pacto con un delincuente. Después de cuatro años de gobierno del Orteguismo, la violencia y el estancamiento de la pobreza en Nicaragua son evidentes, asuntos que han sido certificados hace unos días por la Agencia Internacional de Desarrollo del Banco Mundial muy a pesar de los inmensos flujos de cooperación. La causa y la responsabilidad de tal fracaso ha sido el autoritarismo del Orteguismo propio de su dictadura y la corrupción que impera ante su capricho de continuismo y reelección como antes lo hizo Somoza. No hay libertad, la Justicia está siendo avasallada por el capricho del Orteguismo de reelegirse a cualquier costo como ya lo dijera el vetusto Tomas Borge. La Constitución en su artículo 147 claramente dice que Ortega no puede reelegirse. Pero él de manera perversa se empeña en violarla y continuar “For ever” como Somoza. Porque quiero una patria con futuro en Paz y Libertad, integro el Movimiento contra la Reelección y el Fraude.

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